" Forget the haters cause somebody loves ya "

miércoles, 12 de agosto de 2015

Imagina de Louis (Resubido)

Este imagina tiene contenido sexual, por lo que si eres menor o sensible a este tipo de cosas NO LO LEAS! 
Espero que os guste. Este es un imagina que subí hace tiempo pero que tuve que borrar por motivos personales. 

Mi cabeza daba vueltas y estaba notando unas leves arcadas. Estaba en clase de filosofía y me daba cosa preguntarle al profesor para ir al baño, ya que el resto de compañeros pensarían que tenía la regla. Que para mí la regla es una cosa de lo más normal, pero que en ese momento no tenía y tampoco tenía las suficientes ganas de aguantar a un par de imbéciles con escasez de neuronas que reaccionan ante ese tema como los niños de primaria cuando les dices pito o tetas. Unos completos inmaduros.

Quedaban tan solo unos escasos minutos y sería libre para correr directa a los baños para evitar una gran masacre de vómito esparcido por el suelo o cualquier otro sitio que no sea un retrete. El segundero del reloj se movía demasiado lento para mi gusto y el desayuno que había engullido con tantas ganas esta mañana no tardaría mucho en salir al exterior en forma de puré o potaje, como prefiráis llamarlo. 

Tan solo quedaba un minuto y mi mano apretaba fuertemente mi boca para evitar que nada saliese de ella. Mi mirada solo estaba fija en el reloj de la clase, no atendía a nada más. Tan solo quedaban unos segundos y “Riiing”. Sonó el timbre, me levanté rápidamente  y salí corriendo hacia el pasillo. La gente me miraba raro. No me extrañaba, solo pensar en una chica corriendo por los pasillos con la boca tapada no es muy buena señal.

El baño se encontraba a tan solo unos pasos y dudaba poder llegar a tiempo.  Estaba a punto de entrar pero alguien se interpuso en mi camino. Era Louis, mi novio. Le miré desesperada, intentando entrar al baño.

-_____ ¿Qué te pasa?- me preguntó preocupado.

No pude responderle por miedo a que todo saliera para fuera. Le agarré del brazo, lo moví con todas mis fuerzas y entre corriendo al baño para meterme en un cubículo sin cerrar su puerta y echar todo lo que había desayunado ese día por la mañana. Noté como unas manos sujetaban mi pelo, impidiendo que este se manchara.

Mi mirada estaba fija en el vómito, pensando lo que lo habría provocado. Mi pensamiento se fue a la comida del día anterior que me había dejado más que llena para no cenar. Es lo que siempre me pasa cuando comía fuera de casa. La comida nunca me sentaba del todo bien.

La persona que se encontraba detrás de mí tiró de la cadena y me levantó para darme un abrazo. Era Louis. Llevábamos siendo novios desde hacía ya casi dos años. Me parecía sorprendente, ya que antes de que saliéramos él era el típico mujeriego que iba de flor en flor. Yo soy su primera relación seria y soy feliz con él debido a que lo quiero demasiado.

Louis era un chico castaño con unos ojos azules preciosos que cada vez que los miraba me recordaban a l mismísimo cielo. Para mí era como un ángel, mi ángel. Él y yo siempre habíamos sido amigos desde pequeños y yo siempre estuve para él. No podía negar que lo había pasado mal cuando lo veía con todas esas chicas, pero cuando me declaró su amor hacia mí, fue el mejor día de mi vida.  Él fue mi primero (y único) en muchas cosas. Fue mi primer beso (cuando teníamos cinco años (ya os lo contaré algún día)), mi primer novio, fue quien me llevó a mi primer concierto, con él fui por primera vez a la playa, con el primero que tuve sexo….

Louis me abrazó y se acercó para besar mis labios, a lo que yo me separé rápidamente. No pensaba darle un beso después de haber vomitado. No sería muy agradable para él.

-Louis no me beses ahora. Mi boca debe saber asquerosa ahora mismo- le dije mientras me dirigía al lavabo para lavarme un poco la boca y arreglarme el pelo alborotado.

Mis manos abrieron el grifo y mis dedos notaron la fría agua cayendo alrededor de ellos, envolviéndolos. Me miré en el espejo mirando a esos ojos azules que me acechaban. Louis se acercó hasta colocar cada mano alrededor de mí y darme un fuerte abrazo.

-¿Te encuentras mejor?- me preguntó mientras depositaba un suave beso en mi cuello, lo que provocó que mi piel se erizara.

-Sí- le sonreí al reflejo que este dejaba en el espejo. Era demasiado hermoso y nunca me cansaba de mirarle. Era perfecto para mí.

-____, _____, _____, mi querida ______- me susurró en el oído- Como hoy es viernes y ya terminamos las clases ¿Quieres quedarte a dormir hoy en mi casa?

-Louis, Louis, Louis, mi querido Louis - le dije mientras me giraba para mirarle de frente- Sabes que a mi madre no le hace ninguna gracia que vaya a tu casa a dormir.

-No entiendo el porqué la verdad- dijo mientras se rascaba la nuca y ponía cara de inocente. Él sabía perfectamente porque mi madre no quería.

-¿Ah no? Y cuando fui una vez a tu casa y estábamos haciendo lo que tú y yo sabemos- le dije acercándome a él- ella me llamó, yo le respondí y tú gritaste “Srta. Lera  ahora su hija está ocupada teniendo sexo con su novio”

-¿Qué? ¿Yo dije eso? No me acuerdo la verdad…- me respondió haciéndose el desentendido. Yo solamente negué con la cabeza. Louis era como un niño pequeño.

-Bueno yo lo intento, pero como no me deje, tú te quedas sin regalito- le dije mientras pasaba mi mano por su entrepierna apretando a su querido amiguito. De repente, Louis me dio la vuelta y me estampó contra la pared lo que provocó que yo diera un grito de sorpresa.

Sin esperar un segundo acercó su boca a la mía y me devoró los labios, mordiéndolos, acariciándolos con su lengua. Al principio me sorprendió un poco pero no tarde mucho en seguirle el ritmo.  Sin previo aviso introdujo su lengua en mi boca para comenzar una pelea entre ellas. No sabía el porqué pero tenía unas ganas tremendas de notarlo dentro de mí.

Me separé de él para quitar su camiseta. Quería notar esos músculos bajo mis manos. Louis tenía un cuerpazo que daba gusto verlo. Y un culo… Una vez quitada la camiseta y tirada al suelo intenté acercarme otra vez a sus labios pero él me lo impidió para quitarme la camisa que llevaba puesta. En ese momento me maldecía por no haberme puesto un vestido que era más fácil de quitar. Hoy llevaba un sujetador negro que resaltaba mis pechos que poco tiempo después se encontró junto a nuestras camisetas en el suelo.

Louis se quedó mirando mis pechos. Que me mirase de esa manera todavía me daba vergüenza. No pude evitar ponerme roja, lo que hizo que él sonriese con ternura.

-Eres preciosa- me dijo mientras me acariciaba la mejilla- y ellas son preciosas también – dijo mientras apretujaba mis tetas con sus dos grandes manos- No tienes por qué avergonzarte- y dicho esto acerco sus labios a los míos para que se juntaran en un beso salvaje.

Se separó de mis labios para dar un recorrido desde mi cuello hasta mis senos con su boca. Los besos en el cuello era una de mis cosas preferidas, notaba sus preciosos labios en mi piel sensible que no podía evitar erizarse. No podía dejar de gemir. En ese momento me di cuenta de que seguíamos en el baño del instituto. ¿Y si alguien nos veía? Bueno la verdad es que lo más seguro es que solo quedasen las señoras de la limpieza, los de mantenimiento y algún que otro profesor.

Todos estos pensamientos se borraron de mi mente al sentir un mordisco en uno de mis pezones. Louis comenzó a lamer mi pezón derecho mientras que una de sus manos se encargaba del otro masajeándolo. Apoye  mi cabeza contra la fría pared mientras me concentraba en que no se me oyese.

-Louis- gemí su nombre con fuerza cuando mordió de nuevo mi pezón- Por favor- le supliqué.

-¿Por favor qué princesa?- me preguntó mientras  masajeaba mis  tetas ahora con sus dos manos- Vamos, no tengas vergüenza. Pídeme lo que quieras.  

-Por favor…- le rogué. No quería decirlo en alto. Me daba vergüenza. Yo no era para nada atrevida en este tema, era más de las que se dejaban llevar, no las que llevaban las riendas. Louis me miró con cara de que no pensaba hacer nada si no se lo pedía- Louis por favor te necesito dentro ya- le dije desesperada mientras le bajaba la cremallera del pantalón, para después bajarlos, junto a sus bóxers, con su ayuda. Su amiguito estaba bastante contento y pedía una ayudita a gritos.

Louis me quitó rápidamente las prendas que nos molestaban y haciendo que rodease con mis piernas su cintura, me penetró profundamente. Solté un gemido de dolor ante la brusca embestida. Se quedó unos segundos quieto para que mi cuerpo se acostumbrase y comenzó a penetrarme con movimientos precisos y rápidos. Solamente se podían escuchar nuestros gemidos y los golpes que daba mi espalda contra la pared con cada embestida. Esta cerca del orgasmo y Louis también lo notaba, por lo que aceleró el ritmo hasta que los dos llegamos juntos al clímax con dos sonoros gemidos.  

-Te quiero- me dijo mientras me dejaba en el suelo y me daba un ligero beso en los labios.

-Yo también te quiero.

Ya estábamos vestidos e íbamos a salir ya por la puerta cuando noté unas arcadas. Rápidamente me dirigí por segunda vez al retrete para dejar salir algo de mi vacio estomago.

Louis de nuevo, me sujeto el pelo y esperó a que las malditas arcadas parasen. Cuando me levanté Louis me miraba serio. ¿Por qué me miraba así?

-¿Desde cuándo no tienes la regla?

-¿Qué?- su pregunta me sorprendió. ¿A qué venía eso?

-Que ¿desde cuándo no tienes el periodo?

Mi cabeza empezó a hacer cuentas y a pensar cuando había sido la última vez que me había venido la regla. Mis cálculos me llevaron a que hacía casi dos meses que no me llegaba. Me asuste. No podía estar embarazada. Apenas tenía 17 años y no podía tener ya un bebé.

-Casi dos meses- le miré asustada. No sabía qué hacer, tan solo en pensar lo que me haría mi madre si se estuviese embarazada. ¿Y si Louis no seguiría conmigo? ¿Y si me dejaba? No podría soportarlo.

-Vamos- me cogió de la muñeca y empezó a correr hacia la salida de la instalación. Rápidamente me introdujo en el asiento copiloto de su coche  y se puso a conducir como un loco. Mi mirada estaba fija en la ventana. Miraba a la gente pasar de un lado a otro. Niños corriendo, madres hablando entre ellas.

No estaba preparada para tener un hijo. No quería que todos mis sueños se fueran por la borda de un día para el otro.

Louis aparcó en una calle que no conocía de nada y se bajo diciéndome un “Ahora vuelvo”. Me fijé hacia donde se dirigía y vi que era una farmacia. Me estaba poniendo nerviosa así que puse la radio donde se escuchaba a Maroon 5 con “One more night”. Mis manos no paraban de juguetear con ellas. Miré la hora en el móvil y ya eran las tres y media. ¡Mierda mi madre! Seguro que estaba preocupada, se suponía que ya tendría que estar en casa a las tres como muy tarde. Marcando rápidamente su número en mi móvil, le avisé que Louis me había invitado a comer al Burger King y que iba más tarde para casa.

Mi mirada se dirigió hacia la farmacia. Louis estaba tardando demasiado en salir.

A los pocos segundos, mi querido novio salió de esta con una bolsa en su mano. Cruzó rápidamente la calle y entró en el coche, dejando la bolsa en la parte trasera de este. Yo solo me dedicaba a observar sus movimientos. No me atrevía a hablar. Él debió notar mi miedo ya que se acercó a mí depositando un beso suave y delicado en mis labios.

-Tranquila, vale- me dijo acariciándome el pelo- pase lo que pase voy a estar junto a ti.

Sus palabras me emocionaron demasiado y me lancé a sus brazos para darle un fuerte abrazo. Estaba feliz de tenerlo junto a mí. De haberlo conocido. Él no era como los demás chicos, no. Él era un ángel, mi ángel. Y en ese momento me di cuenta que lo que pasara al final del día, yo sería feliz igualmente si él estaba a mi lado.
                                                                                                       Fin


Carrot
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