" Forget the haters cause somebody loves ya "

domingo, 20 de septiembre de 2015

Imagina de Harry (Parte 1)



                                 Parte 1


Lágrimas se derramaban por mis mejillas sin descanso. Ya no aguantaba más. No quería esto de nuevo.  Mi mirada se dirigió a aquello que generaba todas estas emociones dentro de mí. Aquello que me rompía por dentro y luego me curaba para romperme de nuevo. Esa persona a la que amaba tanto, que no era capaz de dejar atrás. Aquella persona que al paso del tiempo me hacia darme cuenta de que sin él, no era nada.

Harry se encontraba con una rubia de pechos voluminosos, contra la pared, dándose el lote delante de las personas de su alrededor. 

Se suponía que era una fiesta tranquila con sus amigos, a la cual, me invitó a ir y a la cual yo no pensaba venir. Mi decisión fue tomada en el último momento. Tan solo quería darle una sorpresa y terminé siendo la sorprendida, de nuevo. Sí, era lo demasiado tonta para perdonarle todas las infidelidades que había cometido, pero tan solo porque lo quería horrores y cada vez que le pillaba, me decía que no lo volvería a hacer, que fue un desliz, que estaba borracho… pero aquí estamos de nuevo. 

-______ vámonos- las palabras suaves de Liam, me hicieron volver a la realidad. Liam era el mejor amigo de Harry y mi mejor amigo. Yo tan solo asentí sin levantar la mirada. No quería ver la compasión que de seguro se encontraba esparcida en su mirada. Estaba cansada de ser, la pobre “novia” de Harry a quien siempre engaña. 

Antes de darme la vuelta y salir de este lugar, levanté la mirada hacia Harry quien se encontró con mis ojos húmedos. Su expresión cambió completamente. Se separó rápidamente de la rubia y se comenzó a acercar dando traspiés. ¡Qué bien! ¡Borracho! (noten mi ironía). No quería hablar con él, ya que seguramente, me ablandaría y todo volvería a estar bien  y no quería eso, de momento. 

-Liam- este me miró con preocupación- ¿Nos podemos ir, por favor?- él tan solo asintió y rápidamente me condujo hasta su coche, donde nos llevo a nuestra residencia.

Cuando ya me encontraba dentro de mi habitación, sola, todo se derrumbó. Más lágrimas comenzaron a salir de modo constante y mis sollozos eran parados por la almohada de mi cama. Me encontraba destrozada. Nunca imaginé que querer a alguien podía doler tanto.  Que ingenua era cuando de pequeña soñaba con el amor perfecto de los cuentos de hadas. ¿Por qué no podían ser así de bonitos? 

Comenzaron a escucharse golpes en la puerta. 

-¡____! ¡Ábreme! ¡Sé que estás ahí!- la voz entrecortada de Harry se escuchaba desde el pasillo. -¡_____! Por favor…

Sabía que no debía, pero igualmente me dirigí hacia la puerta. 

Él se encontraba allí, parado justo enfrente de mí, con la camiseta abierta de pe a pa y con el pelo despeinado. En sus ojos se podía apreciar la agonía que sentía en su interior. ¿Por qué había cambiado? ¿Dónde estaba el chico del que me había enamorado años atrás? Ese no era mi Harry, ese era un desgraciado que ya no me quería, ya no me respetaba. ¿Dónde quedó aquel chico que me regalaba flores y me decía que era hermosa? ¿Dónde quedó?

No pensaba decir nada, tan solo iba a dejar que el hablara y se inventara una escusa nueva para su repertorio. ¿Ahora qué? ¿Eh? “Se había tropezado y sus labios aterrizaron encima de los de la rubia esa” o “la chica había perdido una lentilla y le estaba ayudando a buscarla”

-­­­­­­­­­­­­­­_______ no es lo que parece…- dijo avergonzado. De mis labios no salió ningún sonido, lo que le exasperó más- Yo..o.o _______ yo te quiero a ti- dijo entrecortadamente. 

Mis ojos no pudieron contener más las lágrimas, que comenzaron a caer descontroladamente por mis mejillas.  

-¿Harry es que no te das cuenta del daño que me haces?-le pregunté con los ojos llorosos. La agonía seguía allí, en sus ojos. Esa mirada de perdido solo me daba ganas de consolarlo, pero ya estaba cansada de que me tratase así. Yo le quería y era lo demasiado tonta para seguir haciéndolo después de todo lo malo que me había hecho pasar.- Harry… Por favor, vete.

Esas palabras me destrozaron más por dentro, en el fondo no quería que se fuera. Tan solo quería despertarme de este mal sueño junto a él y que me dijese que tan solo era una pesadilla. 

-______- y tras decir tan solo mi nombre se derrumbó. Cayó al suelo y comenzó a sollozar. Mis ojos no podían creer que estuviese llorando. Verle así de destrozado dolía en mi corazón como si me hubieran clavado un cuchillo en el. No sabía qué hacer. 

Me mataba verlo así. Lágrimas caían a la par de las suyas, pero no era capaz de acercarme.

Lentamente levantó la mirada y sus ojos llenos de agua salada me rogaban perdón. No podía con esto, no quería esto. Corriendo me acerqué a él y me lancé a sus brazos. 

Nos estábamos consolando mutuamente. 

Cuando todo el mar de lágrimas cesó, me separé lentamente de él sin alejarme del todo. 

-¿Por qué lo has hecho?

-No lo sé…- y se derrumbó en el suelo. Se había desmayado.

                                   ----*-----*---- 
Buenoooo hola cuquiiiis!!! 
Hace mucho mucho tiempo que no subo nada ya que la inspiración en vacaciones desapareció.
Cuanto más tiempo tenía, menos ganas tenía de hacer cosas. 
Mil lo sientos y espero que os haya gustado la primera parte del nuevo imagina de Harry.  
Besitooos,
Mi Instagram: lau_marcos
Mi twitter: LMarcos98
Mi user en Wattpad: WithPayne

Con mucho amor. 
Lau. 

miércoles, 12 de agosto de 2015

Imagina de Louis (Resubido)

Este imagina tiene contenido sexual, por lo que si eres menor o sensible a este tipo de cosas NO LO LEAS! 
Espero que os guste. Este es un imagina que subí hace tiempo pero que tuve que borrar por motivos personales. 

Mi cabeza daba vueltas y estaba notando unas leves arcadas. Estaba en clase de filosofía y me daba cosa preguntarle al profesor para ir al baño, ya que el resto de compañeros pensarían que tenía la regla. Que para mí la regla es una cosa de lo más normal, pero que en ese momento no tenía y tampoco tenía las suficientes ganas de aguantar a un par de imbéciles con escasez de neuronas que reaccionan ante ese tema como los niños de primaria cuando les dices pito o tetas. Unos completos inmaduros.

Quedaban tan solo unos escasos minutos y sería libre para correr directa a los baños para evitar una gran masacre de vómito esparcido por el suelo o cualquier otro sitio que no sea un retrete. El segundero del reloj se movía demasiado lento para mi gusto y el desayuno que había engullido con tantas ganas esta mañana no tardaría mucho en salir al exterior en forma de puré o potaje, como prefiráis llamarlo. 

Tan solo quedaba un minuto y mi mano apretaba fuertemente mi boca para evitar que nada saliese de ella. Mi mirada solo estaba fija en el reloj de la clase, no atendía a nada más. Tan solo quedaban unos segundos y “Riiing”. Sonó el timbre, me levanté rápidamente  y salí corriendo hacia el pasillo. La gente me miraba raro. No me extrañaba, solo pensar en una chica corriendo por los pasillos con la boca tapada no es muy buena señal.

El baño se encontraba a tan solo unos pasos y dudaba poder llegar a tiempo.  Estaba a punto de entrar pero alguien se interpuso en mi camino. Era Louis, mi novio. Le miré desesperada, intentando entrar al baño.

-_____ ¿Qué te pasa?- me preguntó preocupado.

No pude responderle por miedo a que todo saliera para fuera. Le agarré del brazo, lo moví con todas mis fuerzas y entre corriendo al baño para meterme en un cubículo sin cerrar su puerta y echar todo lo que había desayunado ese día por la mañana. Noté como unas manos sujetaban mi pelo, impidiendo que este se manchara.

Mi mirada estaba fija en el vómito, pensando lo que lo habría provocado. Mi pensamiento se fue a la comida del día anterior que me había dejado más que llena para no cenar. Es lo que siempre me pasa cuando comía fuera de casa. La comida nunca me sentaba del todo bien.

La persona que se encontraba detrás de mí tiró de la cadena y me levantó para darme un abrazo. Era Louis. Llevábamos siendo novios desde hacía ya casi dos años. Me parecía sorprendente, ya que antes de que saliéramos él era el típico mujeriego que iba de flor en flor. Yo soy su primera relación seria y soy feliz con él debido a que lo quiero demasiado.

Louis era un chico castaño con unos ojos azules preciosos que cada vez que los miraba me recordaban a l mismísimo cielo. Para mí era como un ángel, mi ángel. Él y yo siempre habíamos sido amigos desde pequeños y yo siempre estuve para él. No podía negar que lo había pasado mal cuando lo veía con todas esas chicas, pero cuando me declaró su amor hacia mí, fue el mejor día de mi vida.  Él fue mi primero (y único) en muchas cosas. Fue mi primer beso (cuando teníamos cinco años (ya os lo contaré algún día)), mi primer novio, fue quien me llevó a mi primer concierto, con él fui por primera vez a la playa, con el primero que tuve sexo….

Louis me abrazó y se acercó para besar mis labios, a lo que yo me separé rápidamente. No pensaba darle un beso después de haber vomitado. No sería muy agradable para él.

-Louis no me beses ahora. Mi boca debe saber asquerosa ahora mismo- le dije mientras me dirigía al lavabo para lavarme un poco la boca y arreglarme el pelo alborotado.

Mis manos abrieron el grifo y mis dedos notaron la fría agua cayendo alrededor de ellos, envolviéndolos. Me miré en el espejo mirando a esos ojos azules que me acechaban. Louis se acercó hasta colocar cada mano alrededor de mí y darme un fuerte abrazo.

-¿Te encuentras mejor?- me preguntó mientras depositaba un suave beso en mi cuello, lo que provocó que mi piel se erizara.

-Sí- le sonreí al reflejo que este dejaba en el espejo. Era demasiado hermoso y nunca me cansaba de mirarle. Era perfecto para mí.

-____, _____, _____, mi querida ______- me susurró en el oído- Como hoy es viernes y ya terminamos las clases ¿Quieres quedarte a dormir hoy en mi casa?

-Louis, Louis, Louis, mi querido Louis - le dije mientras me giraba para mirarle de frente- Sabes que a mi madre no le hace ninguna gracia que vaya a tu casa a dormir.

-No entiendo el porqué la verdad- dijo mientras se rascaba la nuca y ponía cara de inocente. Él sabía perfectamente porque mi madre no quería.

-¿Ah no? Y cuando fui una vez a tu casa y estábamos haciendo lo que tú y yo sabemos- le dije acercándome a él- ella me llamó, yo le respondí y tú gritaste “Srta. Lera  ahora su hija está ocupada teniendo sexo con su novio”

-¿Qué? ¿Yo dije eso? No me acuerdo la verdad…- me respondió haciéndose el desentendido. Yo solamente negué con la cabeza. Louis era como un niño pequeño.

-Bueno yo lo intento, pero como no me deje, tú te quedas sin regalito- le dije mientras pasaba mi mano por su entrepierna apretando a su querido amiguito. De repente, Louis me dio la vuelta y me estampó contra la pared lo que provocó que yo diera un grito de sorpresa.

Sin esperar un segundo acercó su boca a la mía y me devoró los labios, mordiéndolos, acariciándolos con su lengua. Al principio me sorprendió un poco pero no tarde mucho en seguirle el ritmo.  Sin previo aviso introdujo su lengua en mi boca para comenzar una pelea entre ellas. No sabía el porqué pero tenía unas ganas tremendas de notarlo dentro de mí.

Me separé de él para quitar su camiseta. Quería notar esos músculos bajo mis manos. Louis tenía un cuerpazo que daba gusto verlo. Y un culo… Una vez quitada la camiseta y tirada al suelo intenté acercarme otra vez a sus labios pero él me lo impidió para quitarme la camisa que llevaba puesta. En ese momento me maldecía por no haberme puesto un vestido que era más fácil de quitar. Hoy llevaba un sujetador negro que resaltaba mis pechos que poco tiempo después se encontró junto a nuestras camisetas en el suelo.

Louis se quedó mirando mis pechos. Que me mirase de esa manera todavía me daba vergüenza. No pude evitar ponerme roja, lo que hizo que él sonriese con ternura.

-Eres preciosa- me dijo mientras me acariciaba la mejilla- y ellas son preciosas también – dijo mientras apretujaba mis tetas con sus dos grandes manos- No tienes por qué avergonzarte- y dicho esto acerco sus labios a los míos para que se juntaran en un beso salvaje.

Se separó de mis labios para dar un recorrido desde mi cuello hasta mis senos con su boca. Los besos en el cuello era una de mis cosas preferidas, notaba sus preciosos labios en mi piel sensible que no podía evitar erizarse. No podía dejar de gemir. En ese momento me di cuenta de que seguíamos en el baño del instituto. ¿Y si alguien nos veía? Bueno la verdad es que lo más seguro es que solo quedasen las señoras de la limpieza, los de mantenimiento y algún que otro profesor.

Todos estos pensamientos se borraron de mi mente al sentir un mordisco en uno de mis pezones. Louis comenzó a lamer mi pezón derecho mientras que una de sus manos se encargaba del otro masajeándolo. Apoye  mi cabeza contra la fría pared mientras me concentraba en que no se me oyese.

-Louis- gemí su nombre con fuerza cuando mordió de nuevo mi pezón- Por favor- le supliqué.

-¿Por favor qué princesa?- me preguntó mientras  masajeaba mis  tetas ahora con sus dos manos- Vamos, no tengas vergüenza. Pídeme lo que quieras.  

-Por favor…- le rogué. No quería decirlo en alto. Me daba vergüenza. Yo no era para nada atrevida en este tema, era más de las que se dejaban llevar, no las que llevaban las riendas. Louis me miró con cara de que no pensaba hacer nada si no se lo pedía- Louis por favor te necesito dentro ya- le dije desesperada mientras le bajaba la cremallera del pantalón, para después bajarlos, junto a sus bóxers, con su ayuda. Su amiguito estaba bastante contento y pedía una ayudita a gritos.

Louis me quitó rápidamente las prendas que nos molestaban y haciendo que rodease con mis piernas su cintura, me penetró profundamente. Solté un gemido de dolor ante la brusca embestida. Se quedó unos segundos quieto para que mi cuerpo se acostumbrase y comenzó a penetrarme con movimientos precisos y rápidos. Solamente se podían escuchar nuestros gemidos y los golpes que daba mi espalda contra la pared con cada embestida. Esta cerca del orgasmo y Louis también lo notaba, por lo que aceleró el ritmo hasta que los dos llegamos juntos al clímax con dos sonoros gemidos.  

-Te quiero- me dijo mientras me dejaba en el suelo y me daba un ligero beso en los labios.

-Yo también te quiero.

Ya estábamos vestidos e íbamos a salir ya por la puerta cuando noté unas arcadas. Rápidamente me dirigí por segunda vez al retrete para dejar salir algo de mi vacio estomago.

Louis de nuevo, me sujeto el pelo y esperó a que las malditas arcadas parasen. Cuando me levanté Louis me miraba serio. ¿Por qué me miraba así?

-¿Desde cuándo no tienes la regla?

-¿Qué?- su pregunta me sorprendió. ¿A qué venía eso?

-Que ¿desde cuándo no tienes el periodo?

Mi cabeza empezó a hacer cuentas y a pensar cuando había sido la última vez que me había venido la regla. Mis cálculos me llevaron a que hacía casi dos meses que no me llegaba. Me asuste. No podía estar embarazada. Apenas tenía 17 años y no podía tener ya un bebé.

-Casi dos meses- le miré asustada. No sabía qué hacer, tan solo en pensar lo que me haría mi madre si se estuviese embarazada. ¿Y si Louis no seguiría conmigo? ¿Y si me dejaba? No podría soportarlo.

-Vamos- me cogió de la muñeca y empezó a correr hacia la salida de la instalación. Rápidamente me introdujo en el asiento copiloto de su coche  y se puso a conducir como un loco. Mi mirada estaba fija en la ventana. Miraba a la gente pasar de un lado a otro. Niños corriendo, madres hablando entre ellas.

No estaba preparada para tener un hijo. No quería que todos mis sueños se fueran por la borda de un día para el otro.

Louis aparcó en una calle que no conocía de nada y se bajo diciéndome un “Ahora vuelvo”. Me fijé hacia donde se dirigía y vi que era una farmacia. Me estaba poniendo nerviosa así que puse la radio donde se escuchaba a Maroon 5 con “One more night”. Mis manos no paraban de juguetear con ellas. Miré la hora en el móvil y ya eran las tres y media. ¡Mierda mi madre! Seguro que estaba preocupada, se suponía que ya tendría que estar en casa a las tres como muy tarde. Marcando rápidamente su número en mi móvil, le avisé que Louis me había invitado a comer al Burger King y que iba más tarde para casa.

Mi mirada se dirigió hacia la farmacia. Louis estaba tardando demasiado en salir.

A los pocos segundos, mi querido novio salió de esta con una bolsa en su mano. Cruzó rápidamente la calle y entró en el coche, dejando la bolsa en la parte trasera de este. Yo solo me dedicaba a observar sus movimientos. No me atrevía a hablar. Él debió notar mi miedo ya que se acercó a mí depositando un beso suave y delicado en mis labios.

-Tranquila, vale- me dijo acariciándome el pelo- pase lo que pase voy a estar junto a ti.

Sus palabras me emocionaron demasiado y me lancé a sus brazos para darle un fuerte abrazo. Estaba feliz de tenerlo junto a mí. De haberlo conocido. Él no era como los demás chicos, no. Él era un ángel, mi ángel. Y en ese momento me di cuenta que lo que pasara al final del día, yo sería feliz igualmente si él estaba a mi lado.
                                                                                                       Fin


lunes, 2 de marzo de 2015

Dreams come true

10/07/2014- Where We Are Tour en el Calderón (Madrid)
Videos de la película de WWA en San Siro Stadium (Italia)
En esta entrada cuento mi esperiencia en el Where we are tour en forma de mini imagina.
Espero que os guste.


No sé si sonará masoquista o algo por el estilo, pero me gusta ver estos videos y la película del Where We Are Tour varias veces, tan solo para poder recordar uno de los mejores días de mi vida. 
Tan solo pensar que este año no vendrán y que todas tendremos que esperar hasta el año que viene para poder vivir esta esperanza de nuevo....me mata, así que tendré que estar fangirleando cada día de este año pensando en la gran esperiencia que vívi el año pasado. 



"La alarma de mi móvil sonó a todo volumen. Como un zombi me levanté para apagarla, ya que tan solo eran las cuatro de la mañana  y el resto en la casa se encontraban durmiendo. 

Dirigiéndome hacia la cama donde yacía mi mejor amiga echada, le avisé de que me iba a la ducha, a lo que tan solo recibí un “ya me levanto”.


Por fin había llegado el día tan esperado para nosotras. Llevábamos esperando este concierto  desde octubre del año anterior y apenas podía creerme que ya había llegado. 


La ducha duró poco, para evitar que el resto se levantase por el ruido de esta. Nerea y yo, habíamos llegado el día anterior en autobús desde León y mi padre se había encargado de recogernos junto a mi hermano en la estación de autobuses. 


Mi padre vivía en un pueblo a las afueras de Madrid y allí nos íbamos a quedar durante nuestra estancia allí. Sí, os preguntareis porque yo no me encontraba ya con, él. Pues antes, cuando todavía mis padres se encontraban juntos vivíamos todos en León, pero después del divorcio, mi hermano y yo nos fuimos a vivir con mi madre a Ourense y mi padre se había venido a vivir aquí.


A lo que iba, una vez duchada, me dirigí a la habitación donde apenas dormí un par de horas para poder vestirme y dejar que Nerea hiciese lo que tuviera que hacer dentro del baño.


Ya eran las seis menos cuarto y nosotras nos encontrábamos listas, con la súper pancarta que habíamos hecho con las palabras “Till the end” en el medio y con algunos dibujitos por aquí y otros por allá. 


Cada una llevaba su propia camiseta que habíamos encargado unas semanas antes donde ponían algunas letras de unas canciones de los chicos. Estábamos demasiado nerviosas. Nerea se encargó de revisar como unas cuantas veces de que llevásemos las entradas, de la ruta correcta para el metro… todo. 


A las seis y media salimos de la casa para cruzar las solitarias calles para dirigirnos hacia la parada de autobús, que mi padre el día anterior se encargó de enseñarnos el camino como unas dos veces. Una vez allí, esperamos un cuarto de hora para que dicho autobús llegase y que nosotras cogiéramos asiento en unos de los pocos que quedaban. 


Me encontraba demasiado nerviosa y cuando estoy nerviosa me gusta hablar, mucho. Ya me veis hablando como una taladradora sobre las cosas que veremos allí, la emoción… todo. Solo puedo recordar que el chico que tenía al lado no paraba de reírse por mi rara reacción y a Nerea diciéndome que me callase un poco.


Cuando llegamos a Madrid, paramos en Legazpi para coger el metro, pero lo malo era que nosotras nunca habíamos estado solas en uno y yo solo había estado una vez antes cuando era pequeña, así que las probabilidades de perdernos eran muchas. Preguntamos a una señora que trabajaba allí, que nos explicó las rutas que teníamos que coger y los desvíos. Pero aunque mucho nos dijeran entramos en un tren que no teníamos que entrar y que nos llevaba en dirección contraria. Pero, menos mal que nos dimos cuenta antes de tiempo y pudimos coger el que iba en la dirección correcta. 


Nuestro próximo dilema, fue al salir del metro. No teníamos ni puñetera idea de donde estaba el Calderón, pero tan solo ver a ochenta mil chicas con camisetas de One Direction, las palabras de Nerea fueron “Sigue a la multitud”.


Pero mi sorpresa al llegar al estadio fue máxima. Nunca había visto tanta gente junta en toda mi vida y pensar que toda esa gente y yo teníamos algo en común me hizo pensar lo maravilloso  que era todo. 


Después de preguntar a unos cuantos del Staff, para que no nos hicieran ni caso, terminamos preguntando a las gente de por allí, a ver si sabían dónde estaban las colas que coincidían con nuestras puertas. Cuando encontramos una de las puertas, nos sentamos a esperar. La verdad es que íbamos muy mal preparadas. No nos habíamos echado crema, no llevábamos casi agua, paraguas para taparnos… nada. 


Y para colmo el lugar donde nos encontrábamos, no dejaba de dar el sol y yo a las 11 ya pensaba que me iba a dar algo, pero por suerte una madre de una chica que venía de Valencia nos prestó crema y además conocimos a una chica encantadora, se llamaba Irene y era de un pueblo de Madrid, tenía 17 años y era una chica super agradable, que nunca podré olvidar. 

Las horas pasaban y el calor era horrible. Cuando los chicos empezaron a ensayar, sus voces no llegaban a donde nos encontrábamos, lo que fue muy frustrante. Hubo un momento por la mañana que pasó un coche y una avalancha de chicas corrieron detrás, fue bastante impactante. 


Las horas pasaban y el hambre no llegaba a mí, Nerea me había pintado el brazo con los nombres de los chicos y pasábamos las horas hablando con Irene. Después aparecieron dos padres muy majos que habían decidido venir al concierto ya que a la hija no queiso ir por no gustarle los lugares con mucha gente. Eran muy majos, todos en realidad eran personas muy agradables. Podías escuchar música de nuestros chicos desde un móvil, gente abrazándose…


El calor llegó a ser tanto que tuvieron que venir hasta los bomberos, pero el puto chorro no llegaba a nosotros y cuando ya lo veía como misión imposible y me puse a mirar el móvil, un chorro refrescante cayó sobre mí. “¿En serio?” fue lo único que pude decir ya que intentaba secar con todos mis esfuerzos mi querido móvil.


Ya eran las cinco de la tarde y ya llevábamos allí más de nueve horas. Mi padre no llegaba y nosotras nos estábamos poniendo cada vez más nerviosas. Al ser menores, necesitábamos la presencia de un adulto para poder pasar y mi padre iba a acompañarnos, pero el día anterior nos dijo que le habían puesto turno para esa tarde y que el haría todo lo posible para arreglarlo. 


Pero al final pudo venir y junto con el trajo varios refrescos, de los que me tragué dos enteros de la sed que tenía. El calor era insoportable, pero solo pensar en que menos de una hora les vería todas mis preocupaciones se fueron.


Al final, nuestra puerta fue una de las primeras en abrirse, lo que nos permitió llegar de primeras a nuestra sección de las gradas y coger  los sitios más cercanos. Allí conocimos a una chica llamada Lucía. Era una chica delgadita con mechas de color azul que adornaban su pelo. Era una chica súper maja con la que cantamos y bailamos durante todo el concierto. 


La pancarta al final nos la mandaron tirar, y yo le puse cara de pena al segurata grandote que se encontraba en la puerta él que me dio una mirada de compasión."¡Tuve que haberla guardado mejor!" pensé más tarde.


Primero todo empezó con Abraham Mateo, que no paró de cantar y bailar. Después llegaron 5 seconds of Summer, a los que me hizo muchísima ilusión ver, ya que su música también me gustaba.

No pude evitar reirme cuando salta Luke “Aquí, en España hace mucho calor ¿No?” A ver, estábamos en Julio y el iba con jersey y pantalones largos, ¿Cómo no iba a tener calor?


Cuando los teloneros terminaron, hubo un tiempo donde solo pusieron canciones. Pero lo bueno, fue cuando pusieron la Macarena. Todo el Calderón bailando la macarena, incluso se podía ver al señor que se encontraba en una de esas grandes torres bailando. Fue impresionante. 


Cuando llegaron mis niños, todo fue emoción, no paraba de gritar de llamar a gente por teléfono. No podría elegir, ningún momento como el mejor, ya que todo fue perfecto, desde el “Hace dos meses estuve yo allí sentado” de Niall, mientras señalaba las gradas hasta el “Ole, ole, ole…” de Harry. Todo. Completamente todo. Fue perfecto, con diferencia, las mejores horas de mi vida. Todas las canciones fueron perfectas. Pero cuando Niall canto la parte de moments que decía “Don’t wanna be without you” y nos señaló a todas, me mató. Eran perfectos y nunca en mi vida me había gustado nada tanto como ellos. Nunca había tenido tanta ilusión por nada. 


Cuando terminó el concierto, me di cuenta de lo que tanto había esperado, durante tanto tiempo, se había acabado. Despidiéndonos de todos, nos dirigimos hacia donde teníamos aparcado el coche, que estaba muy, muy lejos…


Y de ese día solo puedo recordar más, que me quedé profundamente dormida cuando mi cuerpo colisionó contra el asiento del coche.


El día siguiente mi amiga y yo vimos a Ashton Irwin en un taxi en medio de la calle. Lo tuvimos a menos de un metro y me acuerdo que me pase el resto del día diciendo “He visto a Ashton Irwin a menos de un metro, increíble”


Pero, lo bueno de haber tenido esta experiencia, gracias a ella, sé que los sueños pueden llegar a cumplirse. Yo cumplí el mío de poder ver a mis ídolos, además conoces a un montón de personas de todos los sitios que también le gusta lo mismo que a ti y llegas a hacer grandes amigos.

Para mí, todo esto fue un sueño hecho realidad y deseo poder repetirlo pronto. Muy pronto. 
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Espero que os haya gustado. Esta vez lo escrito es real, fue mi esperiencia el año pasado y fue más que perfecta. 
Besitoooos

martes, 17 de febrero de 2015

Be my boy (Zayn)- Capítulo 12



Ya era sábado. Mis manos se encontraban recorriendo todo el armario de arriba abajo mirando entre la ropa de deporte. No era capaz de encontrar alguno de mis malditos leggins. No era capaz de comprender como habían desaparecido, ya que si solo tuviese uno, entendería que estuviese en la lavadora, pero tengo cinco. ¡Cinco!

Exasperada cogí unos shorts vaqueros con un top con la palabra “love” que dejaba al descubierto todo mi estomago. Llevaba dos días sin salir de casa, por culpa de mi padre y ya estaba deseando notar el calor en mi piel y por otra parte ver a Zayn.

Mi padre pensaba que solo iba a ir a baile y después volvía para seguir con mi castigo, pero lo que él no sabía es que el moreno trabajaba en la escuela. Cerrando la puerta del armario, busqué mis deportivas y me las puse de forma rápida ya que quería llegar un poco pronto.

Una vez toda vestida, cogí mi móvil y me dispuse a bajar las escaleras e ir a la cocina a tomar algo para desayunar. En esta se encontraban todos, incluida mi madre que había llegado el día anterior de su viaje de trabajo. 

Mi padre ya se encargó de contarle lo ocurrido el pasado miércoles y sus palabras fueron textualmente: “Bob, cariño, deja un poco de libertad a la niña”. Mi padre se quedó tan patidifuso como yo. Yo me esperaba algo como:”_______ castigada un mes” pero “Bob, cariño, deja un poco de libertad a la niña” no entraba dentro de mis pensamientos. Pero aunque mi madre hubiera dicho esas palabras, mi padre las ignoró y siguió con el castigo tan injusto que me había puesto.

Sin saludar a nadie, me dirigí hacia una bandeja que contiene todo tipo de frutas y cogí la manzana más verde que había. Sin decir ni una sola palabra me dirigí hacia la puerta y con un “Me voy a baile” salí de casa.

Ya en la calle, mi cuerpo se relajó. Cogí el móvil y enchufe los auriculares para dejar que mis oídos se deleitasen con Take me to church de Hozier .

“Take me to church; I’ll worship like a dog at the shrine of your lies…”

Con paso rápido y comiendo la manzana, me dirigí hacia la escuela. Ese día iba a llegar casi media hora antes ya que necesitaba hablar con Zayn. El otro día le había echado literalmente de mi casa sin darle ninguna explicación coherente. 

Cuando me di cuenta de que estaba cada vez más cerca de la escuela comencé a correr. Estaba ansiosa, demasiado la verdad. Decir que necesitaba ver a Zayn, era decir poco.  Una vez delante de la puerta, me tomé unos segundos para tomar aire y abrí la puerta para bajar las escaleras, pero una vez bajadas, lo que me encontré ahí, no es que me hiciese tanta gracia.

Zayn se encontraba demasiado cerca de una chica muy guapa. La típica morena delgadita con pelo largo. Todavía no le había visto la cara pero podía asegurar que era muy guapa por la cara que le estaba poniendo Zayn. Me quedé en el sitio en estado de shock.

A mis ojos le faltaba poco por comenzar a aguarse, sobre todo cuando esta se tiró a los brazos de Zayn dándole un abrazo. ¿Tan rápido se olvidó de mí? ¿Ya consiguió a otra?

Mientras que esos dos se abrazaban como si estuvieran pegados con pegamento, los ojos de Zayn subieron hasta dar con mi mirada triste y enfadada. 

Él rápidamente se separó de la chica para acercarse rápidamente a mí.

-¡_____! ¿Estás bien? ¿Qué pasó el otro día?-dijo de forma rápida mientras se acercaba y teniendo la intención de abrazarme. Estaba a punto de rechazarle, pero algo me llamó la atención. La chica que antes estaba abrazada a Zayn, tenía la misma cara que él, es decir, era clavada a él ¿Serían gemelos?

Zayn al darse cuenta de que mi mirada estaba en la chica misteriosa, me dijo con una sonrisa:

-_______ esta es mi hermana Waliyha, Waliyha esta es mi novia _____.

Con esas palabras una gran sonrisa ocupó mi cara ¿Cómo pude pensar que Zayn estaba con otra?

-Encantada Waliyha - dije acercándome a la hermana de Zayn y dándole dos besos, uno en cada mejilla, en forma de saludo.

-Igualmente, mi hermano habla mucho de ti últimamente por casa- dijo risueña. No pude evitar ponerme roja ¿Qué diría él de mí?

De repente noté unos brazos abrazando mi estomago y como Zayn colocaba su barbilla en mi hombro. 

-Bueno, yo ya tengo que irme- dijo Waliyha mirándonos con una sonrisa- Que tengo que ayudar a mamá en una cosa. Adiós chicos y ______ encantada de conocerte- y con esas palabras nos quedamos solo nosotros dos en la entrada de la escuela de baile.

-Vamos a mi “despacho” o recepción como quieras llamar, y así hablamos más tranquilamente- me susurró Zayn cerca de mi oído. Y comenzó a tirar de mí hasta depositarme en una de las sillas que había frente a la grande mesa que nos separaba de los clientes que podrían venir a informarse y cualquier otra cosa. Zayn se sentó en la silla de al lado y comenzó a mirarme fijamente, muy fijamente.

Lo único que consiguió fue ponerme nerviosa y no era capaz de  seguir su mirada, por lo que mis ojos fueron directamente a mis manos que jugaban entre sí entrelazándose continuamente.

-Entiendo perfectamente que a tus padres no les guste la idea de que salgas conmigo-sus palabras eran suaves y directas. Estaba a punto de interrumpirle para decirle que no solo era por ser él, si no que no querían que saliese con nadie, pero me lo impidió poniendo un dedo sobre mis labios- No me interrumpas. Pero a mí que ellos piensen eso me da igual ya que yo seguiré estando contigo y solo me alejaré de ti si tú me lo pides. Aunque tengamos que estar a escondidas, pero desde la primera vez que te he visto, no he podido olvidarme de esos ojos marrones tan bonitos. Así que no me vengas a decir que no quieres volver a verme por culpa de tus padres.- sus palabras hicieron que dejase salir todo el aire que mis pulmones contenían. Me habían encantado sus palabras y estaba segura que mi cara podría demostrarlo.

-No venía a decirte eso- dije con una sonrisa mientras me sentaba en su regazo y le daba un abrazo- Venía solo a pedirte disculpas por cómo te traté el otro día. No pensaba alejarme- sus manos me separaron de su torso y estas se dirigieron hacia mis mejillas para atraer mi boca hacia la suya, para darme lo que últimamentese estaba convirtiendo en mi cosa favorita.

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Espero que os haya gustado. Ya sé que he tardado mucho en subir capítulo, pero es que el tiempo últimamente no va a mi favor y no tengo suficiente para escribir. 
Mil lo sientos y muchísimas gracias a todos los que leeis mi blog. Espero que os guste lo que escribo y que si tenéis alguna queja o consejo, no dudeis en dejar comentarios. 
Besitooos 

 
Carrot
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